El maestro como chivo expiatorio ante la baja calidad de la educación en la República Dominicana

Por Francisco Luciano

Desde su fundación, la Asociación Dominicana de Profesores (ADP) ha desempeñado un rol protagónico en la defensa de la educación pública en la República Dominicana, luchando incansablemente por mejores condiciones de vida y trabajo para los docentes del sistema público. Sin embargo, esta labor ha tenido un costo: con frecuencia, los maestros son señalados como los únicos responsables de la baja calidad educativa del país, una narrativa simplista que ignora la complejidad del sistema educativo.

En los medios de comunicación, comentaristas y opinólogos suelen atribuir exclusivamente a los docentes la deficiente calidad del sistema educativo, olvidando que un sistema es un conjunto de elementos interrelacionados que actúan de manera coordinada. Para determinar las causas de los bajos rendimientos educativos, es imprescindible analizar todos los componentes del sistema y establecer la responsabilidad de cada uno, en lugar de cargar la culpa únicamente sobre los maestros.

La calidad de la educación en la República Dominicana es un desafío complejo que involucra a múltiples actores, incluyendo al gobierno, el sector empresarial, los medios de comunicación y la sociedad en general. Según el artículo 63 de la Constitución dominicana, el gobierno tiene la responsabilidad primordial de garantizar una educación pública pertinente, de calidad y en igualdad para todos los dominicanos. Esto implica diseñar políticas públicas efectivas, proveer los recursos necesarios y supervisar su uso adecuado. Asimismo, el Estado debe velar por garantizar las condiciones materiales que permitan a los docentes desempeñar su labor con dignidad, beneficiando tanto a ellos como a sus dependientes.

Sin embargo, la falta de inversión adecuada en infraestructura, recursos y políticas educativas, junto con la escasa colaboración de otros sectores sociales, constituye un obstáculo significativo para alcanzar una educación de calidad. Aunque los maestros deben desempeñar un rol fundamental al impartir conocimientos, fomentar el pensamiento crítico, motivar a los estudiantes, adaptar métodos de enseñanza y promover un ambiente de aprendizaje inclusivo, su capacidad para cumplir con estas responsabilidades está limitada por factores estructurales y sistémicos fuera de su control. A continuación, se detallan algunos de estos desafíos:

  1. Falta de planteles escolares: En muchas regiones del país, la carencia de escuelas obliga a estudiantes y docentes a operar en condiciones precarias, como espacios improvisados o al aire libre, lo que dificulta el proceso de enseñanza-aprendizaje.
  2. Planteles sin servicios básicos: Numerosos centros educativos carecen de agua potable, lo que afecta la higiene y la salud de la comunidad escolar. La ausencia de baños adecuados también compromete la dignidad y el bienestar de estudiantes y maestros.
  3. Ausencia de laboratorios y materiales didácticos: La falta de laboratorios equipados y recursos didácticos modernos limita la capacidad de los docentes para impartir clases prácticas y fomentar habilidades científicas o técnicas, esenciales en un mundo globalizado.
  4. Sobrepoblación escolar: Las aulas dominicanas suelen estar superpobladas, con 45 a 50 estudiantes por clase en espacios diseñados para un número menor. Esto dificulta la atención personalizada, la gestión del aula y la creación de un ambiente de aprendizaje efectivo.
  5. Barreras lingüísticas: En muchas aulas, más del 5% de los estudiantes son extranjeros que no dominan el español. Los docentes, sin recursos ni formación específica en enseñanza de lenguas, enfrentan dificultades para integrar a estos estudiantes y garantizar su aprendizaje.
  6. Falta de textos escolares: El incumplimiento de los proveedores privados en la entrega de textos al gobierno y a las escuelas limita los recursos disponibles para los docentes.

7.Influencia negativa de los medios de comunicación: Los medios a menudo promueven antivalores, presentando a figuras de narcotraficantes o delincuentes confesos y condenados como héroes, lo que dificulta la formación valores de los estudiantes.

  1. Microtráfico y falta de involucramiento parental: El microtráfico en las escuelas y la ausencia de padres en las reuniones escolares, o su negativa a acudir cuando son citados, dificultan la labor del maestro afectando su labor educativa.

La gran prensa y muchos opinólogos solo prestan atención al sector educativo cuando los maestros alzan su voz mediante protestas, con métodos que, aunque cuestionados, han demostrado ser efectivos para visibilizar sus demandas. La baja calidad de la educación dominicana es el resultado de un sistema desarticulado, donde la politiquería y los intereses económicos priman sobre los fines pedagógicos y culturales. Los maestros, sin embargo, cargan con la mayor presión, ya que se les exige una perfección que otros actores deben garantizar previamente.

En conclusión, mejorar la calidad educativa requiere un esfuerzo colectivo. El gobierno debe asumir su rol de liderazgo, invirtiendo en infraestructura, recursos y formación docente. Los empresarios, los medios y la sociedad civil también deben contribuir activamente. Señalando únicamente a los maestros como responsables, se perpetúa una narrativa injusta que desvía la atención de las verdaderas causas estructurales y sistémicas. Solo a través de una colaboración integral y responsable será posible construir un sistema educativo que cumpla con las necesidades y aspiraciones del pueblo dominicano.

El autor es docente universitario y dirigente político

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