Ellos te están observando

Por  Daniel Eskibel.


  Quieres crecer, mejorar, destacarte y lograr tus objetivos. Te esfuerzas. Haces todo lo posible y también algo más.
Mientras tanto, ellos te observan.

Esto parece el comienzo de una historia paranoica pero no lo es.

Te cuento algo diferente para explicarme. Es la historia de la pecera. Y no es nada paranoica.

Ya verás.

Hace 50 años yo era adolescente. Cincuenta, es lo que hay. Adolescente, ya sabes. Tratando de irrumpir en un mundo que mi generación sentía como ajeno. Saliendo a duras penas del anonimato del desconocido «hijo de …» para llegar a ser alguien con cierta identidad pública.

Y allí estaba la pecera.
Grande y radiante en la esquina misma de la plaza del centro del pueblo.

Le decíamos la pecera a un café, bar, pizzería y restaurante que tenía enormes paredes vidriadas. Allí nos sentábamos todas las noches a tomar algo y conversar. Se llenaba de gente. Y las personas que pasaban por aquella calle veían en primer plano aquel cardumen de adolescentes y jóvenes.

Más aún: algunos impertinentes hasta se sentaban en los bancos de la plaza mirando a través de las paredes vidriadas de la pecera. Observando. Sabiendo quién era quién.

Ahora las cosas son diferentes.
En el siglo 21 vivimos todo el tiempo dentro de una pecera. Estamos allí, a un clic de distancia, en las pantallas de los smartphones y los ordenadores.
Allí cualquiera puede observarnos con facilidad. Algunos con mayor impertinencia que otros, claro. Observarnos, seguirnos, estudiarnos.

Bien.
Vuelvo al principio.

¿Quiénes te observan mientras avanzas hacia tus objetivos?
¿Quiénes analizan lo que haces?
¿Quiénes te están mirando con lupa ahora mismo?

¿Quiénes construyen hasta un perfil psicológico tuyo?

Son muchos.
Delincuentes que quieren robar tu identidad o vaciar tu cuenta bancaria.
Niñatos que buscan hackearte para demostrar su valía y su inteligencia.
Enemigos personales que todavía sueñan con perjudicarte.
Adversarios políticos que te quieren ganar la próxima elección.
Empresas que quieren venderte productos y servicios que tal vez no necesitas.
Servicios de inteligencia que suelen identificarse con una sigla de 3 letras.

Ellos te están observando.
Y cuánto más creces, más te observan.

Mi consejo es que renuncies a la ingenuidad. Cuídate. No andes por internet como quien camina despreocupadamente por el parque.

Puedes seguir haciendo todo lo que haces. Y más. Pero hazlo con prudencia, con cautela.
Defender tu privacidad y tu seguridad digital es imprescindible para impulsar hacia adelante tu proyecto político, económico o profesional.

No se trata tanto de usar o no usar determinadas aplicaciones (que también) sino fundamentalmente de desarrollar una actitud.

Mi propio servicio de perfiles psicológicos de los rivales demuestra que no puedes darte el lujo de la ingenuidad:

Daniel Eskibel, es psicólogo. escritor. y consultor político

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