La Fuerza del Pueblo y su camino al poder

Por Francisco Luciano

Desde su aparición en el escenario nacional como entidad política estructurada al amparo de la constitución y las leyes, la Fuerza del Pueblo ha tenido que sortear una serie de obstáculos que van desde la oposición ante los órganos y tribunales, hasta la perversidad que encierran las acciones calumniosas.

Fuerza del Pueblo tuvo que sobrevivir a un coro contratado por el poder de entonces que se encargó de colocar ante la opinión publica nacional la especie de que el doctor Leonel Fernández estaba impedido para ser postulado como candidato a la presidencia de la república, para difundir esta falsa narrativa se prestó más de uno de los que se reputan ser juristas constitucionalistas. Esa especie tuvo que ser derrotada con la constitución en las manos y mediante sentencia de la corte competente.

Luego siguió la impugnación del congreso que cambio el nombre del PTD a Fuerza del Pueblo, acto seguido la objeción al color de la bandera y al propio nombre de Fuerza del Pueblo, e incluso dentro la montaña de diatribas surgidas para evitar nuestro surgimiento como entidad política hasta hubo uno que otro creativo que se opuso al himno escogido.

Luego de dos participaciones electorales que demuestran la pertinencia de nuestra entidad política validada con el voto creciente por parte del pueblo dominicano, hemos decidido en cumplimiento de la ley y de nuestros estatutos, realizar el congreso ordinario dedicado al doctor Franklin Almeyda Rancier y que tiene como propósito afianzar la misión y la visión para construir un partido que pueda cristalizar las esperanzas y sueños de del honesto y trabajador pueblo dominicano.

Como en todo conglomerado han de surgir diferentes miradas de como estructurar y conducir la organización, pero lo más importante es poner en primer plano el bien común y afianzar los principios y valores que dieron origen a la entidad. El Congreso marcha según el calendario y debe concluir como ha sido planificado. Las diferencias o puntos de vistas encontrados deberán resolverse bajo el principio del centralismo democrático en la plenaria de cierre.

Una vez concluya el Congreso Ordinario y sea aprobado el estatuto del partido quedara establecida la forma en que deberán estructurarse los órganos en los distintos niveles de dirección, se dará apertura al Primer Congreso Elector Manolo Tavárez Justo y se abrirá el espacio para las aspiraciones. Ese es un debate que oficialmente no ha sido abierto, pues sin estatuto no sabemos cuáles serán los cargos unipersonales, ni la cantidad de compañeros que integraran los distintos órganos, pese a esto, algunos compañeros han adelantado su promoción para cargos, con lo que no contribuyen a la institucionalidad de la Fuerza del Pueblo, demostrando que debemos continuar haciendo esfuerzos para superar los vicios propios de la pequeña burguesía inconsciente.

El legitimo derecho a las aspiraciones de los individuos no debe ser coartado, a lo que si estamos obligados es a evitar las descalificaciones innecesarias, obviar los ataques personales y concentrar el debate en las propuestas de desarrollo que se postulan para hacer al partido mas eficiente y atractivo a la población.

En la política como en otras actividades existen intereses internos y externos. Corresponde a los integrantes comprometidos con desarrollar a una determinada organización supeditar sus intereses y aspiraciones particulares a los intereses del conjunto. Quienes actúan contrario ese principio, pudieran por omisión o comisión estar respondiendo a intereses externos.

Todo militante de la Fuerza del Pueblo debe tener conciencia de que nuestras coincidencias son mayores que nuestras diferencias y sobre todo que nuestros adversarios están aglutinados fuera de nuestro partido. Tener claridad de esta realidad fortalecerá nuestra unidad interna y hará más corto nuestro camino hacia el poder.

El autor es docente universitario y dirigente político.

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