
Las construcciones residenciales sin áreas verdes: una amenaza para la salud y el bienestar en República Dominicana

Por Amerfi Cáceres
Sana al Mundo
En República Dominicana y en muchas partes del mundo, los niveles de estrés y los problemas de salud mental crecen día a día. Sin embargo, mientras la sociedad busca espacios para relajarse, conectarse con la naturaleza y mejorar su calidad de vida, los desarrolladores inmobiliarios continúan priorizando la construcción masiva de condominios y torres sobre la preservación de áreas verdes. Árboles centenarios son talados, jardines naturales eliminados y parques convertidos en cemento, piscinas decorativas y grama artificial. Este modelo de urbanización amenaza no solo el medio ambiente, sino también la salud y el bienestar de quienes habitan nuestras ciudades.
El mito de las “áreas verdes” artificiales
Muchos proyectos inmobiliarios presentan como áreas verdes espacios que, en la práctica, no cumplen la función de la naturaleza. Un gazebo con piscina, juegos infantiles de plástico o un par de metros de grama artificial no reemplazan árboles, jardines o parques donde se pueda caminar, respirar aire fresco o simplemente disfrutar de la sombra. La ausencia de vegetación real limita la recreación, reduce la interacción social y priva a los residentes de los beneficios psicológicos que ofrece la naturaleza.
Ejemplos claros en RD, en lugares como Juan Dolio, muchos condominios de 90 a 230 metros cuadrados, las “áreas verdes” se reducen a un pequeño patio de cemento con algunos arbustos en macetas. En Punta Cana proyectos turísticos y residenciales eliminan hectáreas de vegetación autóctona para construir torres, reemplazando manglares y árboles nativos por senderos de cemento y piscinas decorativas.
En Santo Domingo y Santiago, zonas urbanas densamente pobladas ven cómo antiguos parques y terrenos con vegetación son transformados en estacionamientos o complejos habitacionales, dejando a los barrios sin espacios para recreación ni contacto con la naturaleza.
Impacto en la salud y el medio ambiente
La falta de áreas verdes auténticas tiene efectos directos en la salud física y mental. La exposición a espacios naturales reduce el estrés, la ansiedad y el riesgo de enfermedades cardiovasculares, a la vez que fomenta la actividad física y la cohesión social. Por el contrario, el cemento masivo aumenta el calor urbano, incrementa la escorrentía de aguas y eleva el riesgo de inundaciones, afectando directamente la calidad de vida.
El llamado urgente a autoridades y desarrolladores
Los constructores deben entender que la naturaleza no es un lujo ni un accesorio decorativo. Cada árbol que se talan y cada parque que se reemplaza con cemento reduce la salud, la seguridad y el bienestar de la comunidad. Las áreas verdes auténticas, con árboles, jardines y espacios recreativos naturales, son indispensables para una ciudad sostenible y humana.
Nosotros debemos exigir regulaciones estrictas que protejan los espacios naturales urbanos y promuevan el desarrollo equilibrado. Invertir en áreas verdes no es solo preservar el medio ambiente; es garantizar ciudades más saludables, resilientes y felices para todos. Sin árboles, sin parques reales, sin vegetación auténtica, nuestras ciudades se convierten en hormigueros de cemento donde la salud mental y la calidad de vida se deterioran cada día.